miércoles, 15 de febrero de 2012

Reflexionando con Vaughan


Después de un par de días con el estómago fuera de control (estoy siendo fino por si no os habéis percatado), parece que todo vuelve a la casi normalidad, y digo casi, porque la normalidad, como tal, llevo sin divisarla ya tanto tiempo que con poco ni la recuerdo.

Hoy, por tanto, me he vuelto a incorporar a ese intensivo de inglés al que asisto desde hace un tiempo y que tanto me gusta (por qué no admitirlo... tampoco se nota mucho mi deseo por salir del país, no? XD) después de un par de días de ausencia; aunque eso no quita las sesiones de Vaughan Radio que me he inyectado en ausencia de las clases, y no veas lo mal que se lo pasan en ese programa de radio... todo el rato riendo... debe ser la risa esa que te da cuando no te enteras de nada, eso o que es pegajosa, porque al final terminaba riéndome también y casi sin saber por qué. 

El caso es que mientras buscaba podcast de libros en inglés por la web y escuchaba a Vaughan, llegaba a mi cabeza el dilema de "Después de toda la vida pronunciando así, resulta que no se pronuncia así";  palabras como -world, word, work- (por poner unos ejemplos, ya que el abanico de malas costumbres en este ámbito es extenso) me caían como una losa. Y claro, me preguntaba por qué mi profesor de inglés de BUP (que tiempos aquellos cuando aprendías algo) no nos corregía a mi y a 30 alumnos más (eso de la masificación de aulas ya las teníamos de antes) cuando leíamos en clase y lo hacíamos mal (esto lo se hoy), y bueno, parte de culpa puede que la tengan los propios profesores, pero como comenta este blogger no toda la culpa es de ellos... Me pregunto que ocurriría si desde pequeños comenzaran a familiarizarnos con el sonido del idioma en cuestión hasta tener una edad (no tan tardía) para introducirnos en materia más seria de fonética, que es donde reside, quizás, la clave de todo esto.

Quizás, algún día, podamos presumir de que nuestro sistema educativo genera personas (incluidos políticos... se me caen solas) que pueden expresarse en, al menos, dos idiomas. Espero que no sea muy tarde para ello y que mis ojos puedan llegar a verlo; hoy por hoy, me conformaré con intentar subsanar los errores adquiridos y cambiarlos por hábitos correctos poniendo todo mi empeño y ganas por sentirme cómodo y ser capaz de mantener una conversación continuada (que no es poco).


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